Pues sí, hace ya un año que empecé a escribir este blog, con el simple propósito de ir guardando recetas que me pedían los amigos y tenerlo todo un poco organizado, que yo soy muy desastrosa con estas cosas y voy apuntando recetas en hojas sueltas y vete tu luego a encontrarlas.
Y yo que esperaba que me regalaran algo para celebrar mi cumple blog y soy yo la que ni se acuerda.
Por suerte en casa celebramos el 24 de diciembre en lugar de los Reyes Magos, así que he tenido regalitos igualmente; un trípode nuevo, que el que tenía lo compré cuando empecé a estudiar fotografía, allá por el pleistoceno. Un calendario de El Hobbit y un vale para comprar una impresora de tinta comestible que tenía ya mirada en amazon, pero que por desgracia ha subido más de 30 euros en unos días y ando dándole vueltas aún.
Si alguien tiene impresoras de tinta comestible y puede darme algún consejo, bienvenido sea.
Después de este rollo que os he metido, os traigo la receta que hice para la cena de Nochebuena, del libro de Primrose. Lo se, me repito mucho con este libro, pero es que todo tiene una pinta tan buena que no puedo resistirme.
Esta vez elegí una tarta de coco. Me encanta el coco, pero creo que hasta ahora no había hecho nada con coco y ya iba siendo hora.
Lo malo es que el coco no es muy ligero que digamos y para la cena del 24 creo que fue un poco excesivo. Muy rica, más de lo que esperaba, pero un poco pesada para este tipo de ocasión. Y eso que pensé que iba a estar seca y densa porque pesaba montones y antes de hornearla aquello parecía más un puré de patatas que una masa de tarta.
No os asustéis si al hacerla os parece que más que una masa parece un engrudo, es normal, luego saldrá una estupenda tarta de coco, muy firme y perfecta para cubrir. Eso si, una vez la partes se desmiga bastante, así que hacerlo con cuidado.
Ingredientes
Bizcocho
- 375 gr de harina bizcochona (con levadura incluida)
- 170 gr de coco rallado
- 150 ml de agua
- 250 gr de mantequilla
- 330 gr de azúcar
- 1 cucharadita de vainilla
- 4 claras de huevo
Buttercream de vainilla
- 250 gr de mantequilla sin sal
- 300 gr de azúcar glas (icing sugar)
- 1 cucharadita de vainilla
Calentamos el horno a 180º y preparamos dos moldes de 20 cm. Los engrasamos y ponemos papel de horno en la base para que sea más fácil desmoldar.
Ponemos el coco en un recipiente con el agua, removemos un poco para que se mezcle bien y absorba todo el agua y reservamos.
Batimos la mantequilla con el azúcar y la vainilla unos 10 minutos, hasta que aclare y esté esponjoso.
Añadimos las claras una a una y por último el coco y la harina.
Lo colocamos en los moldes, con una espátula lo aplanamos bien para que quede bien liso.
Horneamos durante 40-45 minutos, hasta que veamos que está doradito. Comprobamos de todos modos que esté totalmente hecho pinchándolo con un palito, si sale limpio es que ya está.
Dejamos enfriar unos 10 minutos en el molde y lo sacamos sobre una rejilla para que enfríe totalmente.
Como creía que estaba un poco seco, preparé un poco de almíbar con 100ml de agua y 100 de azúcar, un poquito de vainilla y una pizca de coco rallado. Por si queréis hacerlo, se calienta en un cazo hasta que se disuelve el azúcar y se pone con cuidado sobre los bizcochos.
Para la buttercream batimos la mantequilla con el azúcar hasta que aclare y esté esponjoso. Añadimos la vainilla y batimos un poco más.
Recordar que se tiene que batir durante mucho tiempo para que aclare y no sepa a mantequilla. Lo ideal es hacerlo con la pala mezcladora, pero si lo hacéis con batidora de varillas tendréis que batir mucho rato hasta conseguir la consistencia adecuada.
Tarta muy recomendable si os gusta el coco, claro. Se me ocurrió llevar un trozo a casa de mi padre y a nadie le gustaba el coco, menudo "éxito" que tuvo. Menos mal que en casa si nos gusta el coco, que si no a ver como me como esa tarta tan enorme yo sola.