27 de noviembre de 2012

Tutorial de tarta con forma de libro

Una amiga de mi hermana quería hacerle un regalo a su compañero de piso, muy fan de Harry potter, por lo que nos pidió esta tarta con forma de libro para celebrar su cumpleaños.
Como a las dos nos gusta mucho esta historia, nos encantó poder hacerlo. Además aprovechaba para hacer cosas que no había tenido oportunidad de hacer aún, forrar tartas cuadradas y pintar con colorantes en polvo.
Siempre se me olvida ir haciendo fotos del proceso, me concentro y no me acuerdo de nada más. Pero esta vez intenté hacer algunas para poder poneros el paso a paso.


Ha sido la primera tarta que hago cuadrada y además esculpida utilizando la receta de chocolate extremo.
Esta receta me da un poco de respeto en cuanto a cortarla, ya que al ser tan sumamente jugosa, se hace un poco difícil de manejar. Pero al final no fue tan desastroso como esperaba.
Eso si, primero intenté cortarlo con el nivelador y terminé utilizando el cuchillo grande de sierra de cortar el pan. Mucho más fácil de manejar.
La tarta la hice en un molde rectangular de 33 x 23, con dos tartas de chocolate extremo, relleno y cubierto con ganache de chocolate.
Recordar que el bizcocho hay que hornearlo un día antes para que se enfrié bien y asiente la miga.


1 - Para no ensuciar la base de migas y ganache, ponemos unas tiras de papel de horno debajo del primer bizcocho, por los lados, que cubra bien la base. 
Ponemos un poco de ganache en en centro de la base y colocamos la tarta.
Extendemos el ganache sobre la primera tarta y colocamos encima la otra. Presionamos sobre ella para asegurarnos que el ganache se asiente bien y no salga después por los lados. Mejor que salga ahora que cuando la tengamos cubierta.
Siempre coloco la segunda tarta del revés, para que la parte lisa quede arriba.

2 - Medimos el largo para poder localizar el centro donde empezar a cortar la tarta y lo señalamos pinchando unos palillos en ambos extremos.
Cortamos justo por el centro, con cuidado de no partirlo del todo y empezamos a darle forma, cortando trozos de cada lado, poco a poco para no pasarnos.

3 - Recortamos la zona externa y nos aseguramos que los laterales estén bien nivelados.
Si algo no queda totalmente nivelado y recto, se puede arreglar luego con el ganache.

4 - Para cubrir este tipo de tarta, suelo utilizar el ganache cuando aún no se ha enfriado del todo. Incluso si ya está frio y más durito, lo caliento unos segundos en el micro, para poder extenderlo bien sobre la tarta sin que se me desmigue en exceso.
Ahora mismo hace suficiente frío como para el ganache se endurezca, pero si hace calor, hay que meterla un rato en la nevera. 
Cuando se enfría y endurece esta primera capa ya le doy una segunda de ganache para que quede bien lisito.


5 - Se le puede hacer un agujero para la parte del lomo del libro. Aunque a mi me quedó un poco pequeño porque lo hice con miedo, y no quedó muy realista (a ver quien es el listo que cierra ese libro jeje), pero tampoco es plan de perder todo el bizcocho por el camino.
Retiramos con cuidado el papel de horno y limpiamos bien todo lo que se haya ensuciado.

6 - Ahora toca extender el fondant para forrar la tarta. Como siempre hay que asegurarse del tamaño a cubrir, midiéndolo para no quedarse cortos.
Si el ganache está ya totalmente seco, pincelamos con un poco de agua caliente para que pegue bien el fondant.
Extendemos el fondant y lo colocamos sobre la tarta. Cuando son tartas grandes enrollo el fondant en el rodillo y lo voy colocando poco a poco para que no se deforme.
Antes de nada, ajustamos el centro del libro, hundiéndolo por el centro y nos vamos a las esquinas. Ajustamos primero esa parte y después el resto, para que no se formen pliegues raros.
Con las palas alisadoras dejamos todo bien lisito, sin olvidarnos de presionar también por la parte central del libro para marcar bien esa zona.
Con la parte plana de la pala alisadora, presionamos alrededor de toda la tarta, hacia la base, para reducir el grosor del fondant y poder cortarlo con un acabado más suave.
Esta vez no utilicé un cuchillo o bisturí para el corte, sino una esteca con forma de cuchillo con la que pienso seguir trabajando de aquí en adelante. Hace un corte perfecto. Podéis ver la esteca que os digo en la foto.

7 - Con una esteca con bolita pequeña, forzamos un poco el fondant en la parte del agujero central hacia dentro, con cuidado de no romperlo.
Con una esteca marcadora, un palillo o punzón, marcamos líneas al rededor de toda la tarta para simular las hojas del libro.

8 - Tomamos medidas de cada mitad de la tarta, para hacer unas hojas de fondant que den más realismo de páginas a nuestro libro.
El método que utilicé para esto fue recortar dos folios en esas medidas para utilizarlas como plantilla. 
Extendemos fondant muy fino, colocamos la plantilla encima y cortamos alrededor de ella. Enrollamos el fondant en un rodillo para que no se deforme al trasladarlo y lo colocamos con cuidado sobre la tarta.


9 - Enroscamos un poco las esquinas para darle un poco de vida y ponemos un trocito de papel de cocina o servilleta haciendo tope para que se mantenga en su sitio.
Podéis añadirle también un triangulito de fondant en las esquinas que quedan descubiertas para que parezca que hay otra hoja debajo y tapar las esquinas.

10 - Cortamos unas tiras de fondant marrón para hacer las tapas del libro y las vamos pegando a la tarta con un poco de agua o pegamento comestible.
En las esquinas cortamos en inglete y en la parte central dejamos un espacio para colocarle un cordón.

11 - El cordón lo podemos hacer con dos tiras de fondant o con la pistola de fondant y el disco con los tres círculos juntos.

12 - Por último, con colorante marrón en polvo, pincelamos suavemente las esquinas y bordes para darle aspecto de viejo.
Para que no se cargue mucho el pincel, podemos ir poniendo pequeñas cantidades de colorante sobre una servilleta e ir cogiendo el colorante desde ahí.


Ya podéis adornar el libro con lo que queráis. Un texto o elementos del argumento del libro.
Mi hermana hizo la varita y el giratiempo. Se empeñó en hacer el giratiempo a pesar de ser algo bastante complicado, pero bueno, al menos parece que aguantó con la glasa que unía las partes. No utilizó nada que no fuese comestible. 
También hizo las letras a mano, sin cortadores, recortando una a una con un bisturí. Se está convirtiendo en toda una experta en tipografías.
Yo hice el sombrero seleccionador, la snitch, y la bufanda de Gryffindor. En la snitch utilicé alambre para flores, para poder hacer las alas.
Los elementos dorados además llevan spray dorado para darle ese brillito tan bonito que tienen.


Aunque se que no hice fotos de todo, espero que se entienda bien el proceso. Ya sabeis que siempre podéis hacer las preguntas que queráis en los comentarios de esta entrada, que intentaré ayudar en lo que pueda y contestar todas las preguntas o dudas.

18 de noviembre de 2012

Loaf cake de manzana y arándanos

Tenía unas cuantas manzanas por casa que me estaban llamando para que las hornease de alguna manera. Así que fui a  por el libro de Primrose buscando algo en concreto que ya había visto, una tarta de manzana y arándanos que tenía una pinta increíble en la foto.
Aunque no me gustan mucho los frutos rojos cocinados, por casa les encantan, así que decidí hacerla tal cual venía en el libro, desechando la idea inicial de hacerla solo con manzanas, muy a mi pesar.
Es que no puedo evitarlo, los bizcochos con manzanas me encantan, y la tentación de hacerla solo de manzana era grande.


No se si en España venden arándanos congelados. Desde luego frescos no los he encontrado, pero tenía en el congelador una bolsa de frutos rojos, entre los que incluía arándanos, por lo que me dediqué un buen rato a separarlos del resto para poder utilizarlos.
La receta tiene azúcar del tipo golden caster sugar, por lo que la sustituí por azúcar normal y moreno.


Cuando la saqué del horno mi madre y hermana estaban por ahí olfateando con ojos golosos. La verdad es que olía de maravilla y tenía una pinta... Pero como era de noche, la dejé aparcadita para poder hacerle las fotos al día siguiente.
Cuando me levanté esa mañana no esperaron ni 5 minutos para preguntarme cuando haría las fotos. Casi ni me dejan desayunar porque estaban esperando ansiosos probarlo. Podía notar como miraban el bizcocho a mis espaldas, con ojos de perrito triste.
Vamos, que fue decir: "Ya he terminado las fotos" y se avalanzaron sobre mi con los platos y tenedores, como si no hubieran comido en años. Mi hermana la pobre se tuvo que conformar con olerlo porque ni tocar el gluten.


Al día siguiente tuve que llevármelo al trabajo porque en un solo día ya se habían ventilado más de la mitad y se me iban a poner malos. Así pudieron degustarlo también mis compis, donde me parece tuvo el mismo éxito.
Cuando regresé a casa mi madre le había hecho la versión celiaca a mi hermana y para mi sorpresa, me gustó, más incluso que la normal, no se porqué pero me recordó a una tarta de queso por la textura. Quizá fue porque solo hizo media receta y quedó más compacta, pero estaba bien rica.


Ahora el reto es encontrar los arándanos frescos, o al menos congelados, pero solo arándanos. Que eso de ir espulgando una bolsa de frutos rojos, como que no tiene mucho sentido.
Si alguien sabe dónde los venden por Madrid, que deje un comentario en esta entrada, por favor. Mi familia os lo agradecerá eternamente.



De todos modos, como me he quedado con las ganas de hacerla sin arándanos, creo que la próxima vez probaré a hacerla solo con manzana, seguro que también le gusta a los demás, y yo podré disfrutarla muchísimo más.



Ingredientes

  • 125 g de mantequilla fría en cubitos
  •  225 g harina para bizcochos (con levadura incluida)
  •  125 g azúcar moreno
  • 50 g azúcar
  • 2 huevos
  • Una pizca de sal
  • 2 manzanas tipo granny smith partida en gajos
  • 125 g de arándanos
  • 2 cucharadas de mermelada de melocotón

Preparación

Preparamos el horno a 190º y un molde tipo plum cake engrasado con mantequilla.
Pelamos, descorazonamos y partimos en gajos la manzana. 
Tamizamos la harina y la sal y la ponemos junto con la mantequilla y mezclamos en una procesadora o mezcladora hasta que parezcan migas de pan. 
Añadimos los dos tipos de azúcar y los huevos y mezclamos hasta que esté cremoso.
Ponemos la mitad de la mezcla en el molde y la mitad de los arándanos y las manzanas. Añadimos el resto de la masa y colocamos la fruta por encima.
Horneamos en el centro del horno 1 hora o hasta que veamos que ha subido bastante y está firme al tocarla. Podéis comprobarlo pinchando con un palito y si sale limpio es que está listo.
Calentamos la mermelada y con un pincel pintamos la tarta nada más sacarla del horno. La dejamos enfriar unos 10 minutos antes de sacarla del molde y dejarla enfriar completamente sobre una rejilla.
Esta tarta se puede comer tanto fría como caliente.
No se porqué pincelé la mermelada antes de hornear, aunque no creo que cambie mucho el sabor final tendré que repetirla para comprobarlo. En mi casa desde luego no creo que se quejen por que repita esta receta.


Celiacos 

Se puede realizar esta receta con la harina Mix Dolci. Me parece que queda un poco más jugosa que la versión con gluten, aunque quizá sea porque solo hicimos la mitad de la receta.
Muy recomendable. A mi me gustó más incluso, con lo rarita que soy yo para las cosas sin gluten...

9 de noviembre de 2012

Tarta de chocolate con caramelo

Tenía ganas de probar alguna cosa con caramelo, por lo que me puse a buscar entre los pocos libros que tengo y me decidí por una del libro de Primrose Bakery, pero con el bizcocho de chocolate del de P. Porschen. En realidad el bizcocho de ambos libros es muy parecido, tienen los mismos ingredientes aunque en cantidades distintas.


Tanto la receta del bizcocho como la buttercream tienen azúcar tipo light soft brown sugar, por lo que he variado un poco las cantidades ya que me resulta un poco fuerte de sabor.
Si no encontráis este tipo de azúcar, podéis cambiarlo por azúcar moreno, pero tened en cuenta que no sabrá igual.
También he cambiado la mantequilla por aceite de girasol, ya que a mi me parecen más esponjosos los bizcochos hechos con aceite.


Aunque pueda parecer que todo sale estupendo desde la primera vez, algunas veces no es así.
Esta vez se me olvidó apuntar un ingrediente en la preparación del chocolate del bizcocho y menuda la lié.
Puse en el cazo el chocolate y los azúcares y se suponía que tenía que hervir... Yo ahí diciendo, que raro, no se como voy a  hacer que esto hierva, se me va a quemar el chocolate. Pero como es una tarta con caramelo pensé que lo mismo tenía que hacer una especie de caramelo extraño.
Pasa por la cocina mi hermana y me dice: "¿Eso no debería tener algo líquido?". Así que apagué el fuego y fui al libro a comprobarlo por si acaso. No, no tiene nada más.


Vuelta al cazo a remover como una loca para que no se queme. Evidentemente aquello empezaba a oler a chamusquina cosa mala incluso con el brazo ya dolorido de tanto remover.
Pasa mi madre y me dice lo mismo: "Eso tiene que tener algo más, no puede ser así". Y yo: "¡Si lo he comprobado en el libro!".
Cuando conseguí hacer que aquello hirviera lo pasé a un cuenco y me dispuse a preparar el resto de los ingredientes.
Nota mental, nada de hacer caso al orden de preparación de los libros. Tenía que haber preparado otras cosas antes para que el chocolate no se enfriase.


Cuando me puse a hacer el resto, me di cuenta de que tenía leche preparada que no sabía donde iba... Ahí estaba, mirándome con pena por haberla olvidado. Fui al libro a comprobar por segunda vez los ingredientes y como ya habréis supuesto, era el ingrediente que le había faltado a mi chocolate con azúcar. Maldita, juraría no haberla visto hasta ese momento.
Ni que decir que tuve que repetirlo, porque aquello no solo olía a chamusquina, se había solidificado y ni podía sacarlo del cuenco.


Lo dicho, el orden en que se preparan las cosas es importante. Tener todos los ingredientes preparados y repasar la receta antes de empezar por si algo no cuadra. Aunque de los errores se aprende.
Me pasa por traducir la receta en un cacho de folio minúsculo en el que no cabía más que una letra tipo pulga.



Ingredientes
Bizcocho
  • 185 g de harina
  • 180 g de azúcar
  • 100 g de azúcar light soft brown sugar
  • 125 g de chocolate en trozos (52% de cacao)
  • 165 ml de leche
  • 120 g de aceite de girasol
  • 1/2 cucharadita de levadura química
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato
  • 15 g de cacao en polvo
  • Una pizca de sal
  • 2 huevos grandes
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
Buttercream de caramelo
  • 90 g de mantequilla
  • 360 g de azúcar glas (tamizada)
  • 130 g de azúcar light soft brown sugar
  • 200 g de azúcar moreno
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 135 ml de leche semi desnatada
Preparación

Calentamos el horno a 175º y preparamos los moldes con un poco de aceite o mantequilla. Yo además les pongo siempre una base de papel de horno para que sea más fácil de desmoldar.
Tamizamos la harina, cacao, levadura, bicarbonato y sal. Reservamos.
Ponemos el chocolate, la leche y la mitad de los azúcares en un cazo hondo y lo llevamos a ebullición, removiendo constantemente.
En otro bol o en nuestra mezcladora, ponemos el resto del azúcar y los huevos y batimos hasta que se integren, añadimos el azúcar y mezclamos bien.
Añadimos la mezcla de harina poco a poco, a velocidad baja, solo hasta que esté mezclado. No batir en exceso.
A velocidad media vamos añadiendo el chocolate caliente en un chorrito fino pero continuo. Nos aseguramos de que esté todo bien mezclado y no tengamos nada pegado a las paredes.
Inmediatamente lo ponemos en nuestros moldes y lo horneamos durante 30 o 40 minutos, dependiendo del horno. Yo solo necesité 30 minutos para dos moldes de 20cm.
Estará listo cuando veamos que los bordes se despegan del molde. Al ser un poco denso el bizcocho, puede que al pincharlo con un palito este salga con migas, pero tiene que estar firme al tacto.
Lo dejamos reposar media hora fuera del horno y lo sacamos del molde para que se enfríe totalmente sobre una rejilla.
Cuando esté frio, lo envolvemos en papel film y dejamos reposar toda la noche. De esta manera conservará la humedad y estará más firme para poder nivelarlo en caso de ser necesario.

Para la buttercream ponemos el azúcar moreno y el soft brown, mantequilla y leche en un cazo y lo calentamos a fuego alto, removiendo continuamente. Cuando hierva, lo dejamos un minuto más y retiramos del fuego y le añadimos la mitad del azúcar glas , removiendo para que se integre bien. Dejamos enfriar un poco y a continuación ponemos el resto del azúcar glas y la vainilla, y removemos bien.
Tened cuidado porque si se enfría mucho, la mezcla se solidifica y es más complicada de manejar. Si esto pasa podéis calentarla en el microondas, a intervalos de pocos segundos para no pasaros.


El bizcocho de chocolate nos ha gustado mucho, se parece a la extreme sin ser tan jugosa, pero el caramelo es demasiado dulce (como todas las buttercream). No sabe a caramelo, sino al azúcar soft brown, que a mi particularmente no me atrae mucho. A mi madre si le gusta porque dice que sabe a panela y le recuerda a su infancia, pero a mi me resulta un poco fuerte.
Lo que me deja con ganas de hacer esta receta con otra cobertura distinta. Seguro que con el frosting de chocolate de la extreme está buena buena.

1 de noviembre de 2012

Galletas de chocolate - Halloween

 

Desde que hice el curso de galletas decoradas de Dulcerías de Almudena, apenas había hecho 2 veces galletas y solo un intento de decoración. Así que me he propuesto ponerme de nuevo a ello.
Las primeras han sido para el futuro padre de un niño y ya padre de una niña. Aunque las decoré con fondant ya que me avisaron con poquito tiempo.
Me encantó hacerlas, porque justo hacía una semana había comprado un molde de silicona de motivos infantiles y estaba deseando estrenarlo.


Con la llegada de Halloween se me ocurrió que podría hacer unas galletas temáticas para dar a los niños que pasan a pedir chuches. Aunque cuando lo mencioné en facebook me advirtieron que a los niños no les hace gracia no ver caramelos, asi que al final di las dos cosas, que no quería que me llenaran la casa de huevos y papel higiénico.


Sí, donde yo vivo, los niños salen a pedir chuches. Puede parecer una tradición muy estadounidense (aunque en realidad es de origen celta), pero a mi me gusta, que le voy a hacer. En muchos paises se celebra desde hace muchos años y estoy encantada con que empiece a llegar a España.
Creo que ya lo he dicho antes, pero es una de mis fiestas favoritas. Comprar una calabaza para darle forma terrorífica, ponerle su velita dentro, disfrazarse... Y porque el jardín de mi casa parece una selva, que si no hasta pondría unas tumbas de porexpan y parafernalia varia.



Esta semana he probado dos recetas; la primera que he hecho de chocolate, aunque no mantienen tanto la forma como las de vainilla, parece que triunfan entre lo más chocolateros, ya que tiene un intenso sabor. Para la segunda fui a lo seguro, la del Rincón de Bea, menos intensas que las primeras pero con un resultado ultra liso para poder decorarlas con glasa.


Además aproveché un poco de masa de galletas de vainilla y a una parte le añadí dos cucharaditas de pasta de fresas, a petición de mi madre. Por eso las calabazas tienen un color más rosita. Si os gustan los bizcochos de fresa, seguro que os gustan estas.
Desde que descubrí esta pasta de fresa, la utilizo para todo, está buenísima. Se la pongo hasta a los zumos y batidos. Totalmente recomendable.
La receta de las de vainilla también la podéis encontrar en la página de El rincón de Bea. Es perfecta para decorar y tiene un sabor muy bueno.


Como la segunda receta la tenéis en el blog de Bea, voy a poneros la del chocolate intenso. Son justo las galletas que veis sobre estas líneas.
Aún tengo pendiente probar algunas sin gluten, aunque mi hermana no es mucho de galletas, las de chocolate creo que si le gustarían.


Ingredientes
  • 250 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 250 g de azúcar glas (tamizada)
  • 1 huevo
  • 325 g de harina (tamizada)
  • 65 g de cacao en polvo
  • Una pizca de sal
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla o la que más nos guste
Preparación

Tamizar la harina, el cacao y la sal, reservamos.
Batimos la mantequilla, a velocidad baja, con el azúcar hasta que tengamos un crema homogénea. Hay que procurar no batir en exceso.
Añadimos el huevo y la vainilla mientras continuamos batiendo y añadimos la mezcla de harina poco a poco.
Envolvemos la masa en papel film y refrigeramos un par de horas. Para agilizar el proceso podemos extenderla sobre la bandeja y refrigerar para poder cortar con los cortadores nada más sacarla.
Cuando las cortemos las colocamos en las bandejas (yo utilizo unas del ikea la mar de útiles) y refrigeramos unos minutos.
Calentamos el horno a 180º y las horneamos durante 11-13 minutos.
Tened en cuenta que no tienen que tostarse, de hecho al sacarlas están blanditas.
Las dejamos enfriar unos minutos en la misma bandeja y después las pasamos a una rejilla para que se enfríen totalmente.


Estos son los cupcakes que hice para un cumpleaños que se celebraba esta semana. Menos mal que se le ocurrió celebrarlo con Halloween, porque ya veía que pasaban estas fiestas y no me había dado tiempo a hacer ningún cupcake temático.