Ya se que se acerca San Valentín, pero me parece a mi que este año voy a pasar de él, igual que él pasa de mi. Quería haber hecho una tartita con muchos corazones, pero la voy a aplazar para más adelante, no tiene porque celebrarse este tipo de cosas un solo día, ¿o si?
Seguro que ya estáis saturados de tanto corazón que ronda esta semana por todas partes y no me lo tenéis en cuenta.
No os diré que no me ha gustado, porque están ricos, pero tampoco le veo mucha diferencia con los que había probado anteriormente. Creo que iré probando otras o haciéndole cambios a esta. A ver si consigo encontrar un cupcake de limón que me deje alucinando en colores.
Por una vez los hice con mantequilla, tal como ponía en la receta original, sin cambiarlo por aceite de girasol, por lo que editaré la receta si me gusta más con los cambios futuros.
Lo que si cambié fue la buttercream, que la encontraba bastante sosa. Le añadí zumo de limón y unas gotas de esencia de vainilla para potenciar un poco el sabor.
Ingredientes
Bizcocho
- 120 gr de harina
- 150 gr de azúcar
- 1½ cucharaditas de levadura
- 2 cucharadas de ralladura de limón
- 1 huevo
- 40 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 120 ml de leche
Buttercream de limón
- 80 g de mantequilla sin sal
- 250 g de azúcar glas (tamizada)
- 2 cucharadas de ralladura de limón
- 1 cucharada de zumo de limón
- 3 gotas de esencia de vainilla
- 25 ml de leche
Calentamos el horno a 170º y tamizamos la harina. Preparamos las capsulas en la bandeja de cupcakes.
Ponemos la harina, el azúcar, levadura, ralladura de limón y la mantequilla en la mezcladora o en un bol grande. Mezclamos los ingredientes hasta que estén bien combinados a velocidad baja.
Incorporamos poco a poco la leche y añadimos el huevo. Mezclamos hasta que esté cremoso, procurando no sobre batir.
Llenamos las cápsulas y horneamos durante 25 minutos.
En teoría debería llegar para 12 cupcakes, pero yo solo pude llenar 11 cápsulas. Un poco extraño, porque me suele sobrar siempre.
Para hacer la buttercream ponemos el azúcar glas o icing sugar junto con la mantequilla y la ralladura de limón y batimos hasta que aclare el color y tenga un aspecto cremoso.
Incorporamos la leche poco a poco y cuando esté bien incorporada añadimos la cucharada de zumo de limón.
Por último añadimos unas gotitas de esencia de vainilla. No pasarse con esto, ya que no queremos que sepa a vainilla, solo potenciar un poco el sabor del limón.
Aunque tengo aroma de limón, me resulta demasiado artificial y nunca lo utilizo.
Esta semana no tendré tiempo para mucha fiesta, tengo que hacer dos tartas fondant para cumpleaños y el viernes empiezo por fin el curso de PME de flores en el taller en la Tienda Americana de Madrid. ¡¡¡Que ganas de empezar a hacer flores profesionales!!! Ya veo a mi hermana y a mi madre pidiéndome mil flores para poder hacer esas tartas barrocas que tanto les gustan, jeje.
Jo que suerte Cati, disfruta mucho del curso jejeje. Yo no soy mucho de limón, me tira más la naranja, pero hay que probar de todo, así que me espero a tus futuros cambios por si comentas que te gusta más el sabor ;)
ResponderEliminarUn besote
Mmmm, con lo que me gusta el limón.... Yo también estoy en busca y captura de la receta perfecta, seguiremos probando!
ResponderEliminarBesos!
Montes
Que buena pinta tienen, y los ingredientes muy sencillos. probaré hacerlos seguro.
ResponderEliminarUn saludo
Eva